En su visita a Pungarabato, Guerrero, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no se guardó nada y lanzó una dura crítica al neoliberalismo y al saqueo de los recursos públicos que se llevó a cabo durante los gobiernos anteriores. El mandatario anunció que su gobierno rescatará a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad, dos empresas estratégicas que fueron entregadas a manos privadas por sus antecesores.
El presidente recordó que la privatización comenzó desde los gobiernos de Salinas de Gortari, quienes entregaron lo que era del pueblo a los intereses privados. Acusó a los neoliberales de llevarse todo y saquear todo durante los 36 años que duró el modelo neoliberal. Comparó esta época con el porfirismo, una etapa de opresión y desigualdad en el país.
El mandatario afirmó que el pueblo dijo ‘basta’ y acabó con ese gobierno y con ese pinche modelo de privatización, que recibió el rechazo de los asistentes.
Un plan de vivienda para Acapulco
Además de criticar el pasado, el presidente también presentó sus planes para el futuro. Entre ellos, destacó el proyecto de construir y reconstruir 250 mil viviendas en Acapulco, sin crédito, con apoyo directo del gobierno.
El presidente explicó que el presupuesto para este plan proviene de acabar con la corrupción, lo que ha generado el enojo de los neoliberales. Los acusó de quedarse con los bienes de la nación, de los bienes del pueblo, con las llamadas privatizaciones. También los acusó de quedarse con el presupuesto, con la complicidad del gobierno.
Con estas palabras, el presidente “reafirmó” su compromiso con el cambio y el bienestar de los mexicanos, especialmente de los más pobres y marginados.
