El gobierno de Austria anunció este viernes el cierre de siete mezquitas por difundir ideas extremistas y la deportación de hasta 60 imanes que reciben salarios desde Turquía, una decisión calificada por Ankara de “islamófoba” y “racista”.
“Las sociedades paralelas, el islam político y el extremismo no tienen cabida en Austria”, justificó la decisión en una rueda de prensa en Viena el canciller conservador, el democristiano Sebastian Kurz.
Estas medidas son “solo el principio”, avanzó el “número dos” del Ejecutivo austríaco, el ultranacionalista Heinz-Christian Strache, quien prometió no tolerar “el discurso del odio bajo la apariencia de la religión”.
La decisión de cerrar estas mezquitas se tomó tras una investigación por la aparición en abril pasado de unas imágenes en las que un grupo de niños recreaban con uniformes militares -posando incluso como cadáveres amortajados con banderas turcas- la batalla de Galípoli, desarrollada en lo que entonces era el Imperio Otomano (hoy Turquía) durante la Primera Guerra Mundial.
El gobierno austríaco anunció recientemente también una iniciativa legal para prohibir el velo islámico para niñas en jardines de infancia y escuelas primarias para evitar su posible discriminación y garantizar la igualdad de oportunidades.