A lo largo del tiempo se han dado a conocer diferentes alternativas para dar paso a la vida, una de esas técnicas es el parto en agua.
Muchos aseguran que este método es bastante sano para la madre y el hijo, pues genera un vínculo especial y diferente, comparado con el que ocurre en el hospital.
Y aunque el parto en agua tiene muchos adeptos, algunos expertos aseguran que no es la mejor opción para el bebé que se haga este tipo de procedimiento.
Algunos relacionan este parto natural con un menor dolor, menor uso de asistencia y un alumbramiento más corto, en comparación con otros métodos; pero parecer ser que no todo es tan positivo.
Así es como el bebé podría verse afectado
Pese a que el ambiente en el que el bebé llega al mundo es similar al del líquido amniótico, algunos pediatras no están muy convencidos con la técnica.
De acuerdo con los especialistas, en este tipo de parto, es complicado que la bañera en la que llega el bebé se conserve aséptica.
Por otra parte, la madre podría depositar toda clase de bacterias en el agua, por lo que el pequeño bebé podría presentar síntomas de conjuntivitis.
Las cifras sobre el parto en agua arrojan que el 45% de los pequeños desarrollan alguna clase de infección ocular cuando no existen las medidas de salubridad necesarias.
