Editora/MSIA*
El proceso electoral presidencial de México y de Brasil, abre un nuevo momento en el continente, en el cual se refleja el proceso de repudio al orden neoliberal radical con varias facetas.
En Brasil, tras meses de incertidumbre la arena electoral va tomando forma y salió a relucir. En las semanas anteriores, se desató una frenética búsqueda de dólares, a la que le siguió una turbulencia en la bolsa de valores; ambas, evidentemente no están vinculadas únicamente al descalabro neoliberal, sino a las perturbaciones externas en los mercados financieros, las que también explican los ataques especulativos en Argentina, aunque el gobierno del presidente Mauricio Macri ya se había dispuesto a cumplir debidamente la agenda de los mercados.
Aprovechando el río revuelto, el conglomerado financiero a través de la gran prensa no perdió el tempo e inmediatamente mandó un recado a los precandidatos presidenciales, alertando de las posibles consecuencias negativas si deciden adoptar pautas políticas que no se alinean con el poder de la alta finanza.
El mensaje se transmitió, en el momento en el que se delinea que la elección presidencial a celebrarse en octubre será una elección definitivamente anti-sistema, pues el abismo creado entre este y las aspiraciones de la gran mayoría de la sociedad es insalvable. En el gigante sudamericano no valen las componendas para preservar tanto las políticas neoliberales como las instituciones políticas existentes, ya bastante desprestigiadas, ambas condenadas a la morgue de la Historia.
El horizonte de una elección antisistema, identificado en el dueto corrupción y los efectos devastadores de la globalización, desempleo, aumento de la pobreza, daños en la base económica industrial, resquebrajamiento de la infraestructura, es lo que también se expresa en la acalorada elección de México cuyo voto decidirá este primero de julio quién será el próximo presidente. Sin que eso signifique que en ambos países la revuelta de la población a un sistema antípoda de la dignidad humana, cristalizará en opciones garantizadas capaces de enfrentar el desafío de cambiar el rumbo hacia un sistema político económico y social de desarrollo soberano.
No obstante, compartimos la tendencia de las manifestaciones antiglobalización que se multiplican en el mundo. Por ejemplo, veamos Europa. El domingo 10 de junio, en la mismísima Suiza, centro bancario de compensación internacional de todo tipo de operaciones financieras sucias, ocurrió un plebiscito que de triunfar habría modificado radicalmente el sistema financiero del país.
En entredicho estaba el pilar central del sistema bancario prevaleciente en todo el mundo: la capacidad de emisión de moneda de los bancos privados. La propuesta denominada “Moneda Plena” pretendía impedir a los bancos comerciales crear créditos no cubiertos por sus propios depósitos limitando la circulación monetaria al dinero emitido por el Banco Nacional Suizo. La intención era crear un sistema monetario más seguro, refractario a la especulación financiera y menos propenso a las crisis que han golpeado periódicamente al sistema financiero globalizado.
Los extravíos de este sistema financiero apoyado en la reproducción acelerada de la usura cimbra las bases de la civilización de ahí que el Vaticano se ha visto en la necesidad de pronunciarse, y muy enfáticamente.
En un documento divulgado en mayo pasado copilado por la Congregación de la Doctrina de la Fe titulado, Consideraciones para el discernimiento ético sobre algunos aspectos del actual sistema económico- financiero se hace referencia directa a la crisis financiera mundial de 2007-2008 que llevó al desplome de los grandes bancos y generó la pérdida de billones de dólares en pocos días, la ruina de millones de familias y la destrucción de millones de puestos de trabajo.
El documento critica con dureza todas las formas actuales de capitalismo predatorio y de las exuberancias especulativas de los mercados financieros que amenazan con desencadenar otra nueva crisis financiera mundial. (Una reseña del documento fue publicado en este medio, el 8 de junio de 2018)
Inmersos en el Nuevo Orden que abrió la puerta de la globalización el porvenir todavía se presenta con siluetas oscuras, ya que lo nuevo que lo reemplazará aún no tiene una imagen definida.
* Editorial del informativo mensual Página Iberoamericana Vol. 15 No. 6, correspondiente al mes de junio 2018