Ante los grandes desafíos que gravitarán sobre la cotización del tipo de cambio en el 2018, el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, se comprometió a dirigir una postura monetaria prudente, que contribuya a que el ajuste de la economía mexicana, ante los factores de riesgo para el año que entra, sea ordenado.
En entrevista con El Financiero Bloomberg, el gobernador del banco central, que este 1 de diciembre tomó el timón de la entidad en relevo de Agustín Carstens, reconoció que el país enfrentará un entorno adverso en el 2018, debido a factores de riesgo importantes.
Entre ellos: la conducción de la política monetaria de Estados Unidos, con un nuevo presidente de la Reserva Federal a partir de febrero; la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la reforma fiscal del vecino del norte y las elecciones en México.
“Estos factores gravitan sobre la paridad peso/dólar, por lo que todo esto apunta a que debe de haber prudencia”, sostuvo.
ACCIONES DE POLÍTICA MONETARIA
El banquero central aclaró que aunque en la próxima Junta de Gobierno, el 14 de diciembre, pudieran no estar ocupadas las cinco sillas, al faltar un subgobernador, las decisiones se pueden desempatar, ya que habrá algunas de manera consensuada, y aunque no siempre es así, el debate y las diferencias siempre enriquecen las acciones de política monetaria.
Reconoció que recientemente se han tenido choques inflacionarios adicionales sobre todo en el componente no subyacente, en particular en algunas frutas y verduras, pero también de manera destacada en el gas LP, aunque estos aumentos están relacionados con el tema de suministros y reducción de inventarios, y estos choques suelen ser transitorios.
Por ende, el banco central ha mandado un mensaje de que la trayectoria de la inflación experimentará un descenso importante el próximo año y convergerá de manera gradual a la meta de tres por ciento a finales de 2018, anotó.
Fuente: El Financiero / Foto Alto Nivel