Mundialmente famoso por sus aguas cristalinas, los techos azules de sus casas blancas y los burros que recorren sus caminos escalonados, Santorini es uno de los puntos turísticos más atractivos de Grecia
Empero, con el aumento del turismo, llegan muchos visitantes con sobrepeso de países desarrollados –como Estados Unidos y el Reino Unido-. Los trayectos consisten de cientos de escalones que los burros y las mulas deben recorrer numerosas veces al día, sin descanso ni agua.
A pesar de que las islas cuentan con teleférico, los turistas que no desean caminar optan por los famosos viajes en burro.
La organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA por sus siglas en inglés) denunció estas prácticas que dejan a los burros “paralizados por jinetes obesos” y con laceraciones provocadas por monturas mal ajustadas y la crueldad de los dueños que explotan a estos animales hasta la muerte:
“Los burros y las mulas se utilizan como ‘taxis’ para transportar a los turistas durante más de 500 pasos hasta el casco antiguo de Firá, a pesar de que un teleférico ha estado operando durante décadas. Los dueños de los animales y las autoridades locales aún conservan la ‘tradición’ de montar en burros, a pesar de que su tratamiento constituye una clara violación de las leyes griegas de bienestar animal”.
CARTAS EN EL ASUNTO
Afortunadamente, el gobierno de Grecia por fin ha tomado las medidas necesarias, empezando con prohibir que los “turistas gordos” monten a estos animales de carga.
De hecho, la nueva ley ahora indica que los burros no deben transportar cargas que pesen más de 100 kilos o una quinta parte del peso del animal.
Además, el Ministerio de Desarrollo Rural y Alimentación determinó que los dueños deben asegurar que los animales tengan acceso a suficiente agua y protección contra el clima. “También debe haber materiales de desinfección en sus alojamientos y estaciones de trabajo”.