Tormentas eléctricas con fuertes lluvias aplacaron los incendios que han asolado la costa este de Australia, ayudando a los exhaustos bomberos y a agricultores que han sufrido años de sequía.
Australia, famosa por sus playas y sus maravillas naturales, está combatiendo desde septiembre unos incendios que han matado a 29 personas y millones de animales, destruyendo más de 2 mil 500 hogares con un área arrasada de aproximadamente un tercio del tamaño de Alemania.
Victoria, Nueva Gales del Sur y Queensland, tres de las regiones más afectadas por la sequía y los incendios, recibieron con alegría las lluvias torrenciales de esta semana.
Los servicios de bomberos dijeron que las precipitaciones no extinguirán todas las llamas pero contribuirán en gran medida a contenerlas.
PERSISTIRÁN LAS TORMENTAS
Los pronósticos indican que continuarán las tormentas severas en muchas regiones afectadas por el fuego en Nueva Gales del Sur y Queensland, incluyendo áreas que no han visto fuertes precipitaciones durante años, dijo la Oficina de Meteorología de Nueva Gales del Sur.
Si bien el clima húmedo supone un alivio para los bomberos y zonas agrícolas afectadas por la sequía, también conlleva peligros, como inundaciones repentinas y caída de árboles, muchos de ellos dañados por el fuego.
Un parque natural tuvo que rescatar koalas de la corriente y ahuyentar a los cocodrilos con escobas.
Los intensos aguaceros han ayudado a limpiar el aire de Australia, que ha sufrido densas nubes de humo en los últimos meses, pero Sídney, Camberra y Melbourne seguían entre las 100 ciudades más contaminadas del mundo.