Al tener participación en el foro “Los Costos de la Masculinidad Tóxica”, el vocalista del grupo Café Tacuba, Rubén Albarrán abrió su ponencia diciendo: “respetuosos y empáticos saludos hijos de la chingada”.
Contrario a lo que se interpretaría como un insulto, el también activista se refería al “génesis de nuestra historia”.
“No es a ustedes trabajadores de este recinto a quienes me dirijo […] que estas palabras vayan a todos mis hermanas y hermanos con quienes comparto un proceso histórico, geográfico y cultural”, refirió.
Explicó que como mexicanos no podemos negar a nuestro padre, “un violador, golpeador y drogadicto”. Ni a nuestra madre, “la chingada, violada, golpeada y sumisa”.