Impunidad, flagelo de los crímenes de periodistas en México

 

Mouris Salloum George*

Desde el siglo XVIII, el concepto precursor es Libertad de Prensa (Edmund Burke). La variante en los Estados Unidos fue el Cuarto Poder.

 

En el periodo político más beligerante del siglo XIX, en México el acorazado más brillante de la Libertad de Prensa, fue el todavía muy actual Francisco Zarco.

 

Los combatientes liberales de hace cien años (ahí está Filomeno Mata), antes de la promulgación de la Constitución de Querétaro arrebataron el régimen de la Ley de Imprenta.

 

Fue la gran Reforma Política (1997-1998) la que elevó a rango constitucional el Derecho a la Información, “garantizado por el Estado”.

 

La premisa de esa lucha, es combatir la tentación de implantar el pensamiento único, propia de los regímenes totalitarios.

 

De acuerdo con un balance de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en lo que va del siglo XXI el ejercicio periodístico en nuestro país ha costado la vida a 133 mexicanos dedicados al imbatible oficio.

 

El pasado 7 de junio, se recordó otro aniversario de la institución del Día de la Libertad de Prensa en México.

 

Lo sentimos mucho: No hubo, no hay, a la luz de la estadística funeral, motivo de celebración, sino de compromiso.

 

Para que el sacrificio de tanto colega mexicano no resulte estéril, las circunstancias de impunidad que rodean esos crímenes nos imponen el deber de continuar nuestra apasionante e irrenunciable brega de eternidad. Algún día…

*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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