Sin fútbol desde hace casi dos meses, el complejo donde se encuentra el mítico estadio Maracaná encendió las luces el sábado con una nueva misión en tiempos de pandemia: dar atención médica a pacientes graves de COVID-19.
Las autoridades de Río de Janeiro inauguraron un hospital de campaña con capacidad de 170 camas, montado en las instalaciones del Maracaná, al lado del estadio de fútbol, para atender a pacientes infectados por el nuevo coronavirus.
Cincuenta de las camas corresponden a Unidades de Terapia Intensiva y 120 son de enfermería.
Se espera que en los próximos días sean inauguradas otras 230 camas. La construcción demandó en total 38 días.
El 14 de marzo rodó por última vez la pelota en el estadio, escenario de dos finales de Copa del Mundo, en 1950 y 2014, cuando Flamengo venció 2-1 a Portuguesa por el campeonato estatal de Río.
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