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Inflada artificialmente por una serie de relatos alarmistas sobre la deforestación y los incendios en la región, en la actual campaña internacional de hostigamiento contra Brasil, estaba faltando la contribución de los dos grandes fondos de inversión internacionales. No faltaba más.
El 18 de septiembre pasado, la ONG estadounidense Ceres divulgó un manifiesto representando a 230 fondos de inversión y gestión de activos, instando a las empresas operando en los países amazónicos a tomar postura y emprender acciones frente a la deforestación y a los incendios que “amenazan” a la Amazonia. Para resaltar la importancia de los signatarios, la nota enfatizaba que los fondos representaban activos por la cantidad de 16.2 billones de dólares.
Entre los firmantes del manifiesto, se encuentran pesos pesados de las finanzas globalizadas como el BNO privas, HSBC Global Asset Management, Mitsubishi UFJ, Nordea Asset Management y otros.
El manifiesto afirma:
“Es con profunda preocupación que acompañamos la creciente crisis de deforestación e incendios forestales en Brasil y en Bolivia. Como inversionistas, que tienen un deber fiduciario de actuar en favor de los mejores intereses de largo plazo de nuestros beneficiarios, reconocemos el crucial papel que los bosques tropicales desempeñan en el enfrentamiento de los cambios climáticos, protección de la biodiversidad y garantía de los servicios de los ecosistemas”, dice el texto del manifiesto, parcialmente en nota de Ceres, 18 de septiembre de 2019.
Presión para la financierización ambiental
El manifiesto es una evidente pieza del engranaje de presiones y chantajes creado por los mentores de la campaña ambientalista internacional para involucrar al mundo empresarial en el esquema global de “financierización” de los temas ambientales que han enfatizado las cuestiones envolviendo al clima y la supuesta “devastación” de la Amazonia.
De manera previsible, el manifiesto reproduce varios de los equívocos y falacias comúnmente divulgados sobre la Selva amazónica, y el tono de amenaza es notorio:
“La Amazonia, como el mayor bosque ecuatorial del mundo, es un reservorio global de diversidad biológica y proporciona incalculables servicios ecosistémicos que sustentan actividades económicas en todo el globo. Como la mayor extensión de bosque ecuatorial corrida en el planeta, la Amazonia desempeña un crucial papel en el sistema climático de la Tierra.
La deforestación en la región podría llevar a todo el ecosistema peligrosamente cercano a un punto de inflexión, después del cual e bosque no sería capaz de mantenerse por sí mismo, transformándose gradualmente en un sistema más parecido a una sabana, la cual es mucho más seca, con menos biodiversidad y capaz de abastecer significativamente menos carbono. Esto afectaría severamente al sector agrícola y a otras actividades económicas, por la reducción de lluvias y el aumento de las temperaturas a largo plazo”.
Ceres es una ONG fundada en 1989, para actuar “con los inversionistas y compañías más influyentes, para construir liderazgos y promover soluciones en toda la economía”, enfocando “los mayores desafíos de sustentabilidad del mundo, incluyendo los cambios climáticos, la escasez de agua y la contaminación, y locales de trabajo equitativos” Con su trabajo, se jacta de haber creado “una poderosa fórmula para transformar la economía global”.
El día 18, la influyente ONG estadounidense Amazon Watch (Oakland, California) divulgó una nota, elogiando el manifiesto, con salvedades:
“Una laguna en la declaración, entretanto, es la claridad de como los signatarios acusarán a las compañías empujadas por las respuestas a los requisitos de responsabilidad y transparencia ambientales. Además, es tan desalentador como problemático el hecho de que los mayores fondos de activos –BlackRock, Vanguard Fidelity y State Street-no hayan firmado esta declaración, así como otras instituciones financieras de los EUA. Una vez más, las instituciones financieras estadounidenses han dejado el liderato en las cuestiones ambientales y climáticas a Europa e inversionistas socialmente responsables” (Amazon Watch, 19 de septiembre de 2019).
Amazon Watch está directamente involucrada en una campaña de presiones contra BlackRock. El 24 de septiembre, representantes de la Asociación de Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) hizo una manifestación frente a la sede de la empresa, en New York, para entregar una carta dirigida al CEO Larry Fink, exigiendo medidas referentes a las denuncias hechas en una investigación de Amazon Watch, divulgada en abril, la cual acusaba a empresas estadounidenses y europeas, incluyendo al BlackRock, de complicidad con el gobierno del presidente Jair Bolsonaro en el “asalto” a la Amazonia.
En la carta, los más de 260 mil firmantes movilizados por la APIB piden que el BlackRock pare de invertir en empresas consideradas agresoras de la Amazonia (Amazon Watch, 24 de septiembre de 2019).
Por otro lado, pese a la contrariedad de la ONG BlacRock y otros megafondos tienen una agenda propia involucrados en la campaña de “financierizacion” de la agenda climática. En septiembre de 2018, BlackRock fue uno de los patrocinadores de la Cumbre Un planeta (One Planet Summit), en New York, la cual contó con la presencia del presidente francés Emmanuel Macron y donde se anunció la creación del Climatic Finance Partnership (CFP), presentada como un vehículo de inversiones en “infraestructura climática en mercados emergentes”.