La Fed se arrastra ante un sistema bancario cada vez más en riesgo

 

Hace unos días se registró un peligroso corto circuito en el sistema financiero y bancario estadounidense. Sin aviso, faltó una gran cantidad de liquidez, ocasionando un aumento de un más del 10% del costo del dinero de muy corto plazo (overnight), el cual, en situaciones normales, no difiere mucho de la tasa de descuento aplicada por la Reserva Federal (Fed), que estaba entre 2.15 – 2.30%.

 

Igualmente, por primera vez desde la Gran Crisis de 2008, la “Fed” comenzó a moverse en el mercado interbancario con las llamadas operaciones de recompra (o “repo”, de repurchase agreement operations). En general, son instrumentos de mercado monetario, en las cuales, a cambio de dinero, el vendedor atribuye un determinado número de títulos mobiliarios a un comprador que se compromete a recomprarlos a un determinado precio, en una fecha determinada. Ellos son, de hecho, una especie de créditos a muy corto plazo y sirven para cubrir deficiencias monetarias y atender pagos urgentes.

 

El hecho fue reportado por la prensa como un evento especial y sorprendente. ¿Pero por qué ocurrió una escasez de dólares? ¿Existen nuevos y mayores riesgos para el sistema? Por desgracia, no se hicieron estas preguntas.

 

El presidente de la Reserva Federal de New York, John C. Williams tuvo que intervenir urgentemente, con inyecciones diarias de 75 mil millones de dólares, después aumentadas hasta 100 mil millones y responsabilizó directamente a los grandes bancos estadounidenses, lo cuales, aunque estuvieran repletos de liquidez, no la estaban ofertando. Sin embargo, admitió la existencia de fallas en el Sistema, diciendo que “el problema no está a nivel de las reservas de la Fed, sino en el funcionamiento del mercado”. Una declaración muy fuerte para un profesional como lo es.

 

No obstante, en realidad, se estima la falta de por lo menos 400 mil millones de dólares de reservas de la Fed, y es este el número que determina las tensiones en el mercado de crédito overnight. Semejantes tensiones ocurren, principalmente, en los días anteriores al final del trimestre, cuando la demanda por liquidez aumenta de manera significativa.

 

Pero es tarea de la Fed anticipar los flujos de liquidez a saber y saber porque los bancos no la pusieron a disposición. No puede jugarse con la transferencia de la responsabilidad, cuando el sistema financiero, como es el caso, está en fibrilación desde hace algún tiempo.

 

Como lo hemos descrito, las políticas monetarias en los EUA, de hecho, han generado grandes problemas económicos, comerciales y cambiarios, especialmente, en países emergentes, los cuales, para protegerse de posibles procesos negativos, tienen que aumentar sus reservas en dólares.

 

Ahora, parece relevante entender, en particular, el por qué los bancos “demasiado grandes para hacer”, han concentrado cantidades crecientes de liquidez en sus arcas. ¿Qué es lo que temen? Debemos recordar que una de las causas de la quiebra de Lehman Brothers y del grave riesgo de implosión del sistema bancario estadounidense subsecuente fue, precisamente, la falta de liquidez necesaria para cobrar las pérdidas generadas por los derivados financieros especulativos en riesgo inmediato, principalmente, aquellos ligados al sector inmobiliario.

 

Un argumento escuchado con frecuencia es el de que la reluctancia en la concesión de créditos se debería a la calidad de los títulos dados en garantía. Pero los títulos usados son generalmente títulos del Tesoro de los EUA y, por tanto, garantizados por el Estado estadounidense. Una explicación más plausible sería el miedo de conceder los créditos a otros bancos y empresas considerados en riesgo. De hecho, existen muchos sectores en dificultad, como el de la deuda corporativa, e l crédito al consumidor y la industria del petróleo y gas de esquistos (shale oil & gas), sobre la cual desde hace mucho se afirma que solamente se viabiliza sobre una montaña de deudas. Solamente la deuda corporativa de las empresas estadounidenses en riesgo sería superior a los 7.5 billones de dólares.

 

E cuanto a esto, el Banco de Liquidaciones Internacionales (BIS) de Basilea ha resaltado como la política prolongada de tasas cero ha desestabilizado a todo el sistema financiero con efectos sin precedentes. En todo el mundo, según el BIS, hay títulos públicos y privado s en niveles negativos en torno a 17 billones de dólares –cerca del 20% del PIB mundial.

 

Además, las tasas de interés de largo plazo en os EUA y en otros países están todavía más bajas que las de corto plazo, algo inédito en la historia económica.

 

Ahora se espera que, después de los anuncios del Banco Central Europeo (BCE), la Fed también inicie una nueva ronda de “facilitación cuantitativa” (es decir tremendas inyecciones de liquidez), con compras mensuales de por lo menos 15 millones de dólares en títulos del Tesoro de los EUA.

 

Por desgracia, nos parece que, en el ámbito global, el margen de maniobra de las políticas monetarias se está estrechando todavía más y los riesgos de nuevas crisis está aumentando.

*MSIa Informa

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