La tarde- noche del 24 de octubre de 2023 y la madrugada del día 25 del mismo mes y año marcarán un antes y un después para este redactor y para toda una región, quien se encontraba en la ciudad de Acapulco, devastada por el huracán Otis durante esos periodos de tiempo.
Eran las siete de la noche del día 24 y en el lugar donde se encontraba este periodista, una humilde casa de la zona conocida como La Vacacional del puerto, se oía pasar gente por la calle que se iba de su casa a un lugar más seguro porque la tormenta se decía que iba estar fuerte ; este reportero se quiso quedar junto con otra persona en la morada.
Pasaron cuatro horas, eran ya las once, cuando se empezaron a sentir con fuerza los efectos de la tormenta. A la ventana golpeó fuertemente una lámina por afuera; los que estábamos en la casa nos sorprendimos y nos sentimos con suerte de no estar en la vía pública. Unos cinco minutos después se fue la luz y se empezaron a escuchar más láminas y demás objetos que chocaban con la casa, además de los gritos de personas que gritaban desde la calle a alguna otra vivienda “¡por favor abran, abran!” entre las tinieblas.
Tras unos instantes, se oyeron unos golpes en la puerta de nuestro recinto. Eran un hombre, una mujer y un menor de edad, quienes buscaban resguardo y querían entrar. Decidimos abrirles y fue cuando este redactor sintió los vientos más fuertes de su vida, los cuales tenían espuma de algún tipo. Los cinco nos refugiamos en un cuarto cerca del baño tras cerrar entre todos la puerta.
Pero la amenaza continuaba, la puerta principal se quebró y se estaba cayendo y fue cuando el menor de unos 16 años se aventuró a reforzar la puerta con un sillón, un tanque de gas y unas tablas, lo cual parecía que no iba a resistir entre los vientos huracanados que entraban por las ventanas, que ya habían cedido.
Fueron tres horas de terror. Tras ese periodo de tiempo, ya a las 2 de la mañana del día 25, los vientos disminuyeron su fuerza en La Vacacional y nos calmamos.
No se durmió esa madrugada.
Al otro día se vio el saldo de la tormenta: postes tirados, árboles arrancados desde la raíz, casas destruidas, lodo por todas partes, coches impactados y personas aterrorizadas en la calle e incomunicadas.
Otis al parecer es el segundo huracán más poderoso que tocó tierra en México.
Los daños causados por “El Dedo de Dios” se calculan en más de 10 mil millones de dólares. Y muchas personas tienen daño psicológico por el tifón.
Hoy, Acapulco está en reconstrucción, pero no volverá a ser lo mismo por Otis. “El Dedo de Dios” dejó miles de historias como ésta. Las personas que vivieron algo similar por el huracán ya no verán con los mismos ojos o como una simple tempestad a cualquier tormenta.