Según una investigación publicada por la Universidad de Northwestern, el gusto por el café, la cerveza o el refresco de cola está relacionado nada más y nada menos que con nuestra genética.
El reporte señala que nuestros genes detectan las propiedades psicoactivas de estas bebidas, mismas que proveen una sensación de bienestar que nos impulsa a seguir consumiéndolas.
“La genética que subyace en nuestras preferencias está relacionada con los componentes psicoactivos de estas bebidas”, comentó Marilyn Cornelis, autora del estudio.
“A la gente le gusta la forma en que el café y el alcohol los hacen sentir. Por eso lo beben. No es el sabor”, añadió la profesora asistente de medicina preventiva de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Dentro de la investigación, las bebidas fueron clasificadas en dos grupos: uno de sabor amargo y uno de sabor dulce. En el amargo se incluyó al café, té, jugo de toronja, cerveza, vino tinto y licor; por otra parte, en los sabores dulces se incluyeron las bebidas endulzadas con azúcar, las endulzadas artificialmente y los jugos que no son de toronja.
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