Que puedes tener una vida más saludable cambiando determinados hábitos de comportamiento, seguramente no te llamará mucho la atención. Pero ¿y si supieras que esos cambios concretos podrían añadirle a tu vida 12 o 14 años más?
Esa es la estimación que acaba de hacer un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, después de analizar los historiales médicos de 123.000 voluntarios estadounidenses, que abarcan 34 años.
Con esta gran investigación los académicos midieron el impacto que los cambios en el comportamiento pueden tener sobre la esperanza de vida y el riesgo de muerte prematura, y los resultados son sorprendentes.
5 hábitos que son viejos conocidos
Los cinco hábitos considerados para esta investigación, que fue publicada en la revista especializada Circulation, son:
1. No fumar
2. Mantener un peso saludable, con un Índice de Masa Muscular entre 18,5 y 25
3. Hacer un ejercicio moderado de al menos unos 30 minutos al día
4. Beber alcohol con moderación, no más de una copa de 150 ml al día para las mujeres, dos para los hombres
5. Llevar una dieta rica y variada, baja en grasas saturadas, carne roja y azúcar
Comparado con la gente que no sigue ninguno de estos hábitos saludables, los adultos que sí los siguen tenían una esperanza de vida mayor de 14 años para las mujeres y 12 años para los hombres.
Los investigadores compararon la esperanza de vida de los voluntarios adultos a la edad de 50 años.
Una mujer estadounidense de 50 años que no sigue ninguno de esos 5 hábitos saludables seleccionados tiene una esperanza de vida de 29 años, es decir, moriría a los 79.
En cambio, la proyección para una mujer de 50 años que sí los sigue es de 43 años más, hasta los 93.
La diferencia en la esperanza de vida de los hombres a los 50 años, es de 26 frente a 38 años más cuando son más sanos, es decir, que tienen una proyección óptima de 88.
Pero se estima que solo el 8% de la población estadounidense general sigue esos cinco hábitos saludables.
“Este estudio subraya la importancia de seguir hábitos saludables para mejorar la longevidad de la población estadounidense”, dijo Frank Hu, director del departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan, de la Universidad de Harvard.
“Sin embargo, la adhesión a hábitos de vida saludables es muy baja. Por eso hacen falta políticas públicas que pongan más énfasis en la promoción de estos estilos de vida beneficiosos para la salud”.