Ocho refugiados sirios se entregaron el pasado 17 de noviembre a autoridades de inmigración en la frontera entre Estados Unidos y México, confirmaron funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional.
Su arribo a Estados Unidos llega en un momento de gran agitación política acerca de los refugiados sirios, luego de los letales atentados en París.
Dos familias —dos hombres, dos mujeres y cuatro niños— se presentaron el martes en el punto de entrada en la ciudad de Laredo, Texas, informó el Departamento de Seguridad Nacional en un comunicado.
CENTRO DE DETENCIÓN
Los hombres fueron llevados a un centro de detención del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas en Pearsall, y las mujeres y los niños a uno en Dilley.
El gobernador republicano Greg Abbott, quien junto con otros varios gobernadores del país ordenó recientemente a funcionarios estatales suspender la entrada de refugiados sirios después de los ataques mortales de la semana pasada en la capital francesa, tuiteó la noche del miércoles un vínculo cibernético para acceder al conservador sitio de internet Breitbart News Network, el cual reportó que los sirios habían sido “atrapados” en la frontera.
MURO GRANDE Y BONITO
El precandidato presidencial republicano Donald Trump continuó con el tema el jueves con su propio tuit: “¿El EI, quizá? Les dije. NECESITAMOS UN MURO GRANDE Y BONITO”, refiriéndose al grupo extremista Estado Islámico por sus siglas.
Cientos de miles de personas huyen de Siria para alejarse de la guerra civil, la mayoría de ellos a Europa.
Para los sirios con recursos, un viaje más largo a la frontera estadounidense podría proporcionarle otro sendero al asilo.
