El titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Tamaulipas (México), Sergio Chávez García, ha dejado en claro su postura frente al crimen organizado y las elecciones del 2024 en la entidad. En lugar de combatirlo y garantizar la seguridad de los ciudadanos, Chávez García pide amablemente a los delincuentes que respeten y permitan que se lleve a cabo el proceso electoral.
Es evidente la falta de entendimiento por parte del secretario de Seguridad de Tamaulipas sobre la magnitud del problema que implica el crimen organizado en nuestras instituciones democráticas. ¿Cómo puede ser que alguien encargado de velar por la seguridad implique que es aceptable que los delincuentes tengan una injerencia directa en el desarrollo de los comicios?
¿Cómo podemos confiar en que los criminales, cuyo modus operandi se basa en la violencia y la impunidad, actuarán de manera responsable y permitirán un proceso electoral pacífico? Es claro que hay una desconexión entre la realidad y la visión de Chávez García.
El Grupo Reforma ha sacado a la luz la preocupante situación de los cinco de los ocho distritos electorales federales en Tamaulipas que son considerados de alto riesgo debido a la presencia del crimen organizado. Es inadmisible que el Gobierno estatal, encabezado por Américo Villarreal, haya esperado hasta ahora para reforzar la seguridad en estos lugares.
No nadamás la prensa pide seguridad
No obstante, las demandas de seguridad no provienen únicamente de la prensa y los ciudadanos preocupados. El diputado federal del PAN, Gerardo Peña Flores, ha exigido de manera enérgica al Gobierno estatal que garantice la seguridad durante el proceso electoral. Y no solo él, también legisladores del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano (MC) han denunciado que el crimen organizado ha superado la capacidad del gobierno de Villarreal.
El panorama electoral en Tamaulipas se presenta cada vez más complicado. Las elecciones, que se llevarán a cabo el 2 de junio, son cruciales para el futuro de la entidad. Se renovarán las 43 alcaldías, las diputaciones locales y federales, se elegirá a los senadores y al Presidente de la República. Sin embargo, la presencia y el poder del crimen organizado amenazan con socavar la democracia y el progreso en Tamaulipas.
Es hora de que las autoridades tanto estatales como federales tomen medidas contundentes para enfrentar esta situación. No es suficiente pedirle amablemente al crimen organizado que se comporte bien. Es necesario implementar estrategias de seguridad inteligentes y efectivas que garanticen la integridad del proceso electoral y la seguridad de los ciudadanos. Tamaulipas no puede permitirse el lujo de ser gobernado por los caprichos y la violencia de los delincuentes. Es momento de mostrar valentía y determinación para poner fin a esta situación y asegurar un futuro estable y seguro para todos los tamaulipecos.
