En las antípodas de lo Económico y lo Social

 

Mouris Salloum George*

La plutocracia planetaria acude a su cita anual en las heladas cumbres de Davos, Suiza. En Nueva York está la representación de 193 Estados parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

 

En Suiza se repite la festinera edición del Foro Económico Mundial. En la capital económica de los Estados Unidos, la ONU presenta su Informe Social del Mundo 2020. Imposible conciliar optimismo-pesimismo entre ambos polos.

 

Exultante, santo y seña de su personalidad, aparece la amenaza anaranjada, Donald Trump. El candidato presidencial gringo extiende en Suiza la campaña para su segundo mandato y proclama: Tiempo de esperanza, alegría y optimismo; lejos de los catastróficas del cambio climático. Las porras no se hacen esperar.

 

En Davos, los ricotes cuentan el dinero delante de los pobres

Los vinillos de mesa europeos y exquisitos entremeses tibian las humanidades de los miembros del Club de los ricos,siempre dispuestos a contar el dinero delante de los pobres. Ahítos, no ven más allá de sus narices, tan rojas como las del gordo navideño San Nicolás.

 

Los de Davos no escuchan los estridentes tambores de una aplazada pero latente guerra nuclear. Los intimidantes aparatos de seguridad que resguardan a los acaudalados huéspedes, velan porque el feliz encuentro no sea alterado por brigadas de activistas que merodean la montaña, pretendiendo dar voz a los condenados de la tierra.

 

En Nueva York, la ONU, que tiene “otros datos”, ejecuta otra partitura, precisamente bajo el título Elcambio climático. Es el núcleo eje del Informe Social 2020.

 

La desigualdad provocará más inestabilidad política

Advierte la ONU que aquel fenómeno está profundizando la brecha entre ricos y pobres: La desigualdad está registrando nuevos máximos históricos y amenaza el desarrollo social, frena el crecimiento económico y puede provocar más inestabilidad política en los países más desfavorecidos en el reparto de la renta mundial.

 

Entre otros datos procesados por la samaritana Organización, se da uno que nos incumbe: Incluso en países latinoamericanos que habían avanzado en la disminución de la pobreza, como México, Brasil y Argentina, los indicadores se están revirtiendo.

 

Millonadas de dólares para armamento; no para alimentos

Por nuestra parte podemos aportar “otros datos”: En 2018, las principales potencias mundiales destinaron a gasto militar 1.82 billones de dólares. El que anuncia tiempos de alegría y esperanza, el candidato presidencial republicano, puso en la canasta 649 mil millones de dólares: 36 por ciento del total gastado en armamentos, no en alimentos.

 

Estamos, pues, en las antípodas de lo económico y lo social. En medio están 127 millones de mexicanos. ¿Podemos ver con optimismo 2020? Sospechamos que no. Tomar nota de ello.

*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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