Servando Gómez Martínez, conocido como el exlíder del grupo delictivo “Los Caballeros Templarios”, ha sido sentenciado a una pena de 47 años de prisión por cargos de delincuencia organizada y delitos contra la salud en diversas modalidades.
El infame personaje apodado “La Tuta”, responsable de torturar y ejecutar a doce valientes policías federales, ha expresado su descontento por los supuestos malos tratos que ha experimentado en el penal de El Altiplano, donde actualmente está recluido.
Recientemente, un juez federal ha otorgado una suspensión provisional a Servando Gómez Martínez, brindándole momentáneamente alivio frente a la presunta incomunicación, segregación y aislamiento dentro de la prisión. Lamentablemente, estos actos crueles y deshumanizantes son solo un ejemplo más de la realidad penitenciaria que enfrenta.
La petición de amparo presentada por el recluso michoacano se fundamenta en acusaciones de tratos inhumanos, incomunicación, segregación, castigos, negación de alimentos y tortura. Ante estas graves denuncias, el juez competente ha concedido la medida cautelar correspondiente, así como ha emitido una orden para que se realice una inspección en el Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Altiplano, en el Estado de México, donde Gómez Martínez ha sido confinado desde el año 2015 tras ser arrestado por la ahora desaparecida Policía Federal.
Es importante destacar que en enero de 2022, otro juez del Estado de México concedió un amparo a este individuo con el propósito de que pueda recibir atención psiquiátrica y los medicamentos necesarios para su tratamiento. Se le ha diagnosticado trastorno de ansiedad, dolores de cabeza e insomnio, y es fundamental asegurar que reciba el cuidado médico apropiado, sin importar los crímenes horrendos que haya cometido.
La trayectoria de este exlíder delictivo está manchada con actos de crueldad y derramamiento de sangre. Su ferocidad no mostraba distinción alguna, ya que ejecutaba a policías estatales o federales, así como a inocentes rivales, simplemente por el placer que le generaba. Tal es el caso de los doce elementos de la desaparecida Policía Federal que fueron torturados y asesinados por órdenes de “La Tuta” en la región del municipio de Arteaga en el año 2009. Jesús Tapia Sánchez, también conocido como Jesús Tapia Tapia, uno de los participantes en la emboscada, ha confirmado esta brutalidad.
Estos doce valientes policías, que llevaban a cabo labores de investigación en el municipio de Arteaga, Michoacán, fueron emboscados y asesinados mientras se encontraban fuera de servicio por un grupo armado. Sus cuerpos fueron abandonados en el entronque carretero de la autopista Siglo XXI Lázaro Cárdenas-Morelia.
La revelación del presunto criminal, quien admitió su participación en esta emboscada, ha puesto al descubierto la orden emitida por Servando Gómez Martínez, “La Tuta”. Es irónico ver cómo ahora, este individuo, quien ha sembrado la violencia y la brutalidad en su camino, se queja de malos tratos por parte de las autoridades penitenciarias.
Es evidente que la vida y los derechos de las personas a las que ha sometido a su sangrienta tiranía no parecen tener relevancia para este individuo. Sin embargo, es de vital importancia que la justicia y la civilidad prevalezcan incluso en los momentos más oscuros, para evitar caer en la brutalidad y garantizar que todos, incluso aquellos considerados como los peores criminales, sean tratados con dignidad y respeto en los sistemas de justicia penal.
