El Gobierno de la Cuarta Transformación sigue dando traspiés en muchas cosas, entre ellas, dentro de sus áreas de Comunicación Social.
Ello, empezando por la misma Presidencia de la República, no sólo en materia del manejo informativo, sino también en el trato para con los verdaderos periodistas. Esos que sí se han gastado varias suelas de zapatos buscando la nota y que no van todas las mañanas a aplaudir, como focas bigotonas, al Ejecutivo de la Nación.
DAN MARCHA ATRÁS
El lunes se dio un “malentendido” al interior de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Lázaro Serranía Álvarez, subdirector de Comunicación Social, con 19 años en la institución, denunció a través de una misiva que fue despedido y no se le habían realizado los pagos correspondientes.
La dependencia, como Poncio Pilatos, se lavó las manos y aseguró que no había tal cese de labores.
Dos días después, Serranía Álvarez, envió una disculpa pública dirigida a la titular del organismo, Rosario Piedra Ibarra, donde se desistió de sus señalamientos.
Y para que no haya más dimes y diretes, el organismo negó que haya habido otros despidos en su área de comunicación social.
