Miguel Ángel Beltrán Lugo, más conocido como ‘El Ceja Güera’, no era un criminal común. Este sicario del Cártel de Sinaloa se convirtió en una figura temida en Guadalajara y el noroeste de México, gracias al respaldo de su familia. Juntos, formaron una organización que se dedicó al secuestro y desató el terror en la región.
El modus operandi de ‘Los Mochadedos’
La familia de Beltrán Lugo tenía bajo su control varias entidades, incluyendo Sonora, Chihuahua, Nayarit, Baja California y Zacatecas. Pero lo que realmente los distinguía era su brutal modus operandi: cortaban los dedos de sus víctimas y los enviaban a sus familiares.
Según un comunicado del grupo especial antisecuestros de Sinaloa, emitido el 25 de marzo de 1998, ‘El Ceja Güera’ y su banda, conocida como ‘Los Mochadedos’, habían estado llevando a cabo secuestros en varias entidades desde la serranía de Sinaloa de Leyva. Con el tiempo, ‘Los Mochadedos’ se convirtieron en una banda tristemente famosa.
Las víctimas de ‘Los Mochadedos’
Entre las víctimas de ‘Los Mochadedos’ se encontraban figuras conocidas, como el cantante Vicente Fernández Jr., a quien le amputaron dos dedos para exigir el pago del rescate a ‘El Charro de Huentitán’. Otro caso notable fue el del padre de los cantantes Gustavo y Adolfo Ángel Alba, exintegrantes de Los Temerarios. A pesar de pagar el rescate, los delincuentes le cortaron un dedo a su progenitor.
El fin de ‘Los Mochadedos’
A pesar de su reinado de terror, ‘Los Mochadedos’ finalmente encontraron su fin. Tras la muerte de ‘El Ceja Güera’, la banda fue desarticulada. Durante poco más de una década, fueron responsables de más de 60 secuestros en el noroeste del país. Esta historia sirve como un sombrío recordatorio de la realidad del crimen organizado en México. Pero también es una historia de justicia y esperanza, un testimonio de que, por muy oscuro que sea el camino, siempre hay luz al final del túnel.
