Ejecutaron a Humberto Amezcua, el aspirante de la coalición “Fuerza y Corazón por México” a la Presidencia Municipal de Pihuamo

La oscuridad se cernía sobre la tranquila cabecera municipal de Pihuamo, Jalisco. Era una noche de viernes, y las calles, normalmente silenciosas, se llenaban de un aire inquietante. En medio de esta quietud, un hombre luchaba por su vida y su legado.

Humberto Amezcua, el aspirante de la coalición “Fuerza y Corazón por México” a la Presidencia Municipal, había recorrido incansablemente las calles de Pihuamo. Su voz resonaba en las plazas, prometiendo un futuro mejor para su comunidad. Pero esa noche, su destino se torció de manera trágica.

Con licencia de su cargo, Amezcua buscaba la reelección. Su visión de un Pihuamo próspero y seguro lo impulsaba a seguir adelante. Sin embargo, las sombras conspiraron en su contra. Un ataque directo, frío y calculado, lo arrebató de la vida. El Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, confirmó la noticia con voz entrecortada. El político, miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), yacía sin vida en la cabecera municipal.

Las autoridades municipales y el Ministerio Público se movilizaron rápidamente. La carpeta de investigación se abrió, y la promesa de justicia resonó en los pasillos de la Fiscalía de Jalisco. “No cesaremos hasta dar con los responsables”, declaró Alfaro. Pero las palabras no podían borrar el dolor que se extendía como una sombra sobre Pihuamo.

La familia de Amezcua, sus seres queridos, enfrentaban una pérdida incomprensible. El asesinato dejaba un vacío imposible de llenar. Las lágrimas y la impotencia se mezclaban en las calles que él había caminado. ¿Cuánto más tendría que soportar Pihuamo? ¿Hasta cuándo la violencia se cerniría sobre su gente?

Verónica Flores, priista y compañera de partido, expresó su dolor en redes sociales. “Me siento triste, estoy enojada”, escribió. “No tengo palabras para expresar mis sentimientos por el asesinato del Presidente Municipal de Pihuamo, Jalisco, Humberto Amezcua. ¿Hasta cuándo, Sr. Presidente @lopezobrador_? ¿Sr. Gobernador @EnriqueAlfaroR? Se va a detener esta violencia?”

La noche del viernes, Pihuamo perdió a un líder, a un hombre de esperanzas. Las calles, antes llenas de sus promesas, ahora guardaban su memoria. El asesinato de Humberto Amezcua dejaba una herida profunda en el corazón de Jalisco. Y mientras las investigaciones avanzaban, la comunidad clamaba por justicia, por un futuro sin violencia, por un Pihuamo que pudiera sanar.

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